En Tennessee, el robo de identidad se considera un delito grave. Es un acto malicioso en el que otra persona obtiene y utiliza de manera fraudulenta la información personal de un individuo sin su consentimiento, a menudo para obtener ganancias financieras. Implica robar y explotar detalles confidenciales como números de Seguro Social, información de tarjetas de crédito, números de cuentas bancarias y contraseñas.

Los perpetradores recurren a diversos métodos, incluidos correos electrónicos de phishing, violaciones de datos, dispositivos de skimming y estafas en línea, para adquirir datos personales y “robar identidades”.

Una vez en posesión de la información robada, los ladrones de identidad asumen la identidad de la víctima para cometer una variedad de delitos, como abrir cuentas bancarias fraudulentas, obtener tarjetas de crédito, solicitar préstamos o realizar compras no autorizadas. Las víctimas sufren grandes pérdidas financieras y puntuaciones de crédito dañadas.

La ley de Tennessee reconoce que, si bien los bancos, las instituciones financieras y las empresas también son víctimas, la persona cuya identidad es robada “sufre pérdidas definitivas y mensurables y también sufre daños inmensurables como estrés y ansiedad, así como posibles problemas de salud resultantes o agravados por el robo de identidad”. ofensa.”