A efectos legales, las palabras “ delitos violentos ” pueden aplicarse a una variedad de actividades delictivas, incluidas amenazas y violencia física. Si bien el término se usa con frecuencia en películas y televisión en referencia a delitos que involucran homicidio y drogas , los delitos violentos también se pueden aplicar en casos que involucran robo, asesinato y una variedad de cargos de agresión que incluyen agresiones verbales, sexuales y agravadas.
En términos generales, los delitos violentos se refieren a cualquier delito penal donde se produce fuerza y violencia. Los delitos violentos pueden clasificarse como el punto principal del delito o cuando la violencia ocurre como parte del delito.
Por ejemplo, una persona que comete un asesinato premeditado utiliza un crimen violento porque el asesinato fue el objetivo principal del crimen. Por otro lado, una persona que irrumpe en una casa y agrede al propietario comete un delito violento con el fin de cometer un robo.
Ambos ejemplos implican el uso de agresión física para cometer un delito violento. Sin embargo, no es necesario que se produzca contacto físico real para que el acto se considere un delito violento. Una persona que hace amenazas verbales puede ser acusada de cometer un delito violento, especialmente si posee los medios para llevar a cabo la amenaza. Volviendo al ejemplo de invasión de una casa, un ladrón con un cuchillo o una pistola puede ser acusado de agresión incluso si no usa el arma contra la víctima. La mera posibilidad de uso de armas puede calificarse como delito de agresión.
Por definición, la agresión ocurre cuando una persona amenaza o comete un uso de la fuerza contra la víctima. Como término de delito violento, esa definición general significa que la agresión puede aplicarse a varias situaciones diferentes. Las agresiones verbales pueden significar amenazas de violencia destinadas a intimidar o coaccionar a la víctima para que realice acciones no deseadas.
Las agresiones sexuales se aplican a situaciones de actividad sexual forzada no consentida, que abarca delitos de violación y contacto físico no deseado. La agresión agravada ocurre cuando una persona comunica la posibilidad muy real de una amenaza intencional e ilegal contra otra persona, incluso si la persona no tiene intención de cumplir la amenaza.
La agresión califica como un tipo de agresión física ya que requiere que la persona y la víctima hayan estado en contacto físico en algún momento durante el presunto delito. Una víctima que sufre amenazas verbales no puede afirmar haber sufrido agresión física, mientras que una víctima que sufre una caída después de haber sido empujada podría justificar la reclamación.
El homicidio, generalmente considerado el peor delito violento, también presenta una variedad de términos que pueden aplicarse a una situación determinada. Al considerar un cargo de homicidio, los profesionales encargados de hacer cumplir la ley deben considerar factores individuales del caso, como la intención del delito, la posibilidad de planificación que indicaría premeditación y si el homicidio se produjo debido a defensa propia.
Una persona condenada por un delito violento puede sufrir una variedad de castigos, desde encarcelamiento hasta libertad condicional. Pero es importante recordar que no todos los delitos violentos acarrean las mismas consecuencias. Cuando ocurre un delito violento, la situación debe analizarse adecuadamente antes de poder decidir las consecuencias.
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